Sus ojos encontraron los míos. Suspiró. Tambaleó antes de preguntar con hosquedad.
-¿Por qué me quieres?
Tomé un trozo de papel y escribí:
Te quiero.
Te quiero porque eres diferente,
te quiero por disidente
y con disidencia me refiero
a que sin un por qué te quiero.
te quiero.
ResponderEliminar