martes, 1 de octubre de 2013

Colega, me alegro por ti.


Colega, amigo, hermano,
te tengo que felicitar de antemano
por que al parecer
ya encontraste un querer.

Y te lo digo con alegría
el amor es una hermosa melodía
cuando se escucha con atención.

De repente todas las letras de mis versos
toman un solo sentido, una única dirección
y es cuando te percatas que ni las libras esterlinas
se comparan con el valor de un beso sincero.

Las palabras "romance" y "amantes"
se vuelven azúcares de una delicada fruta madura
mientras que el odio y la amargura
desaparecen temporalmente de tu dicción.

Ni el más placentero vicio
se compara con el oficio
amateur de querer
a la dueña de tus sonrisas
en cada amanecer.

Las noches solitarias
se convierten en espadas
y tú, víctima de la hojarasca
te bañas en la cascada de esperanza
de verla otra vez.

Te sientes grande y con mucha suerte
y es el romance el que guía tus pasos 
en los días laboriosos y cansados
mientras que tus ojos ajados 
se sienten afortunados
cuando la tienes frente a ti.

No olvides que quererla no es una obligación, 
es un placer
pero no nos descuides a nosotros tus amigos
que aunque ella, Dios no lo quiera,
se aleje de ti,
nosotros siempre,
  estaremos aquí.