jueves, 25 de julio de 2013

Confesionario.


Con apatía confieso
que he pecado de palabra, obra y omisión.
¿Qué sentido tiene esta confesión
si ni siquiera hago el esfuerzo
de retractarme de mi pasado,
errores y pecados? 


domingo, 21 de julio de 2013

Musa


Mi deseo obsceno es una debilidad,
es una doble arma
que me obliga a matar el tiempo,
éste pasa lento sin tu aliento.

Huyo de tu mirada, de tu caminar
como si el destino quisiera jugar
conmigo.
Quisiera fingir que soy tu amigo. 

Ese no es el problema,
eres mi adicción
y quiero que entiendas que contigo todo es perfecto.
Aunque no quiera ese es el efecto

de tu aroma dulce, de tu calidez
que me hace perder la cordura
 poco a poco.
Eres la utopía humana de este loco. 

La medicina exacta de mi gran maldad,
la anestesia de mi cuerpo y de mi mente
eres el calmante.
Me queda grande la palabra amante.

Me mantengo en pie, trato de aceptar
y me mantengo en pie de guerra
 por lo que podría pasar;
en el amor no soy el mejor estratega

Y mis mil derrotas te lo corroborarán
pero por desgracia para mí
 así es la vida
algunas veces te sube otras te tira.

Mi sexto sentido, mi instinto animal
es algo que espero que entiendas,
por favor,
desde que te conozco soy un hombre mejor. 

Y te escribo tratando de no redundar
aunque para mi sólo pensar en ti ya es redundante.
Mantengo paciente
mi paciencia restante.

A veces olvido que debo olvidar,
hundirme en tus brazos sería la cura ideal.
Quiero que sepas
que camino a tientas

cuando estas lejos o sólo no estás
y me muevo a ciegas como navío mercante
naufragando en un río
de sangre. 

Aunque te encuentres lejos en ningún lugar
me gustaría entregarte mi alma y toda mi fortuna.
Si tan solo
tuviera una. 

No tengo una familia de linaje real
pero quiero que entiendas que por ti podría esperar.
Los años 
pasarán volando. 

Un beso tuyo me podría salvar,
podría ser el soplo de aire que le hace falta a mi vida.
Podrías rescatar 
a esta fruta podrida.

Mi mente austera no duda en pensar
grabada en mi mente y en mi piel marcada te encuentras.
Tu sonrisa mil melodías
me inventa.

Eres el reflejo de mi perdición,
eres el esmalte sobre mi roca caliza. 
Dibujo para ti este
corazón de tiza.

Y espero que después de esto puedas entender
que en mi vida no eres ninguna intrusa;
quiero ser un héroe griego
y que tu seas mi musa. 



















sábado, 6 de julio de 2013

Sueños en Fa Sostenido (Sueños de músico II)


Bien lo supe desde el momento de nacer
que sólo estoy aquí para perecer.
Nací con un propósito
que depende del auditor
para obsequiarle el regalo más sincero:
 Una emoción.

Viaje por los aires con un sueño,
en una milésima de segundo crecí
todo para llegar en tiempo en forma
a mi blanco, a mí a señuelo 
a mi final, a mi anhelo
Crecí, viaje y soñé. Todo para llegar a ti.

Un suicidio voluntario
 al que me encuentro aferrado
por decisión propia moriré sin replicar.
Muchos otros tras mí llegarán
todos tan distintos, todos tan igual
muy pocos me sabrán identificar.

Pero mi muerte no es una tragedia 
sin ninguna duda tengo que confesar
que morir es algo que me alegra
porque moriré sabiendo que después de todo
alguien me quiso escuchar.

Y moriré porque es necesario
porque soy parte de este proceso rudimentario
una de los más hermosos de la naturaleza humana
me convertiré en un murmullo, en un pensamiento,
en una sonrisa o en un recuerdo,
en una lágrima, en una esperanza para el alma.

Y cuando todo acabe te sonreiré desde aquél lugar
en donde nacen los besos
donde todos tenemos una oportunidad
y sabré muy alegre que mi corta vida valió cada ocasión
por que te obsequié el regalo más sincero:
Una canción.

Así habló aquella nota musical cuando su vida comenzó en la base metálica del saxofón.

lunes, 1 de julio de 2013

Campeón.


-¿Qué crees que haces? - le gritó mi mente a mi cuerpo. - ¿Qué crees que estás haciendo, por qué te detienes?
- Ya no puedo más. - Contestó éste con sus pulmones necesitados de aire. -Estoy agotado. 
- ¿Pero qué estás diciendo?
- Lo siento, me han golpeado, estoy estropeado, el dolor me invade, el oxígeno me hace falta,  necesito agua, ya no tengo energía...
- No me digas que arrojarás la toalla ya.
- No me queda de otra. Lo siento.
- ¿Este es el fin? ¿Y las promesas que te hiciste cuando eras un niño? ¡Dijiste que lucharías por ser el mejor!
- Eramos niños en ese entonces ¡No sabíamos lo que estábamos diciendo!
- Claro que sí lo sabíamos: Soñábamos.
- Exacto, eran simples sueños. 
- ¡No! ¡No eran simples sueños, eran más que eso! 
- Eran fantasías de un pequeño crío.
- ¡Era más que eso, eran anhelos! ¡Deseos! Deseos que nos trajeron hasta donde estamos ahora. Deseos que nos motivaron, que te hacían correr cada mañana, entrenar cada tarde, pelear cada noche. Eran anhelos que nos impulsaron, cada bocanada de aire era polvo de una estrella que se guardaba en el corazón y que nos acercaban hasta nuestra meta: Estar aquí esta noche. 
- ¡Lo haces parecer tan fácil! ¡Te recuerdo que fui yo el que sufrió las horas de explosivo entrenamiento, los castigos, las lesiones, no tú!
- Oh claro que sufrí. Sufría con las noches de insomnio, con el estrés, sufría con cada obstáculo físico que se me presentaba y que no podíamos superar, sufrí con cada maldita derrota, sufrí, sufrí, sufrí. Pero fue eso, esa estúpida promesa la que me mantuvo en el juego, esa promesa, ¡La de ser campeón! ¡Y por eso estamos acá!
- Pero esto es diferente, por más que yo quiera yo ya no puedo.... ¿Qué estás haciendo? 
- Si tú ya no quieres responder tendré que hacerlo yo.
- ¡Mis funciones no son de tu incumbencia! ¡Te ordeno que me dejes ahora, concéntrate en lo tuyo y yo me concentraré en lo mío!
- Claro que me concentraré en lo mío, ¡Cuando salgamos de aquí con la victoria!
- ¡Tú no sabes el daño que nos harás, nuestros niveles de azúcar son bajos, estamos al borde de la deshidratación, si seguimos peleando podríamos morir!
- Lo sé, pero también podríamos ganar. 
- ¡Nos vas a matar, olvida esa estúpida promesa!
- ¡No! ¡Mucha gente nos apoya esta noche, mucha gente cree en nosotros, y lo menos que podemos hacer es creer en nosotros mismos! Los años han pasado, los planes y los motivos para hacerlo también, pero la meta es la misma. Hemos llegado hasta acá, hemos tropezado en el camino, pero al final estamos acá, no desperdiciaré esta oportunidad sólo por que tú te rehúsas a continuar. Saldré a pelear, saldré y le demostraré a todos esos que se burlaron de nosotros de qué estamos hechos. 
- ¡Estás loco! 


- Se está poniendo de pie ¡No lo puedo creer! Después de ese golpe que lo sacó de la pelea el retador se está poniendo de pie. - Dijeron los comentaristas deportivos con suma emoción.
El referí se acercó a él y lo tomó de los guantes.
- ¿Puedes continuar? 
El retador lo pensó un segundo y recordó aquellas palabras: "Cuando mi cuerpo me dice que me detenga, es mi mente la que me dice que siga luchando". 
- Sí. Puedo continuar. 
Subió la guardia, miró al cielo y clavó la vista a su rival y recordó. 

- ¡Seré el campeón, papi, te prometo que seré el mejor! - Se vio a sí mismo de 6 años. - Seré grande y fuerte.
 Su padre lo tomó en sus brazos y le dijo.
- Claro que sí, hijo, aunque para mí tú ya eres un campeón. 

Volvió a la realidad. Estaba allí frente a millones de personas. Cerró el puño dentro del guante y se lanzó con decisión y valentía contra el hombre que lo había mandado a la lona anteriormente, ignorando que al amanecer el día siguiente, los periódicos de todo el globo elogiarían su nombre como el dueño del cinturón que lo proclamaría como el nuevo campeón del mundo.