martes, 20 de agosto de 2013

Efectos colaterales de eso que llamamos amor.


"Caminaba
y con el caminar pensaba,
eran pensamientos aleatorios,
desordenados, caóticos,
coléricos e ilógicos."

Tú,
magnífica, retórica, lírica,
teórica, letífica y melódica.
fina, pura, libre de pecado,
quien no me atrevo a tocar,
sería como profanar
lo sagrado.

Me pregunto si debo aspirar
a tus labios
como pétalos de una rosa
perfumados en fragancia
marchita de incertidumbre.
Tú, la noche misma
tu única presencia, una hermosa lumbre.

Tus manos, una flor de lis
tus párpados
que al cerrarlos
me transfieren a un universo gris
pues me privas de la belleza
que cualquier miembro de la realeza
estaría obligado a envidiar.

Pronuncias mi nombre
y por un instante
mi vida tiene sentido,
la ciudad se torna silente,
el viento ausente
y mi deseo adolescente
encuentra esquina
en la melanina
de tu piel.

Me llamas nuevamente
y comprendo que en ti
recae la prueba viviente
pues solo un ser omnipotente
y elocuente
sería capaz de concebirte.

Me llamas y comprendo
la trampa divina que propones
pues mujeres como tú
son la prueba fehaciente
que existe un cielo a donde ir.

Me sonríes,
me embriago,
viajo largas alturas
sin despegarme de los suelos
y la locura
taciturna
hace que mil fotogramas
pasen a millonésimas de segundo,
como si el mundo
se fuera a desparramar.

Comprendo entonces tu perfección
y es exactamente esa mala broma
la que me impregna del aroma
de quererte sin explicación.







3 comentarios:

  1. Iba a comentar "qué hermoso..." pero sin duda es mucho más que eso...

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  2. sin duda... un gran poema

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  3. Un gran escritor, sentimientos plasmados o no, pero creando algo valioso, elocuente y llegador.
    Y.E(:

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